"Eran la pareja ideal, pero ya no están juntos. No ha habido terceras personas, no se qué a podido pasar porque se veía que estaban muy bien"
Casi todos hemos escuchado o dicho en alguna ocasión una frase parecida a esta. Resulta casi inexplicable qué puede haber pasado en ciertas parejas que creíamos "perfectas" en la cuales un día, desde nuestro punto de vista de repente, se acabó el amor.
Todos tenemos una cierta "necesidad" de ser amados. Es esa necesidad que nos
han inculcado desde pequeños y que viene determinada por unos mitos o falsas
creencias que tenemos arraigados en cada uno de nosotros y que, a la larga, si
no sabemos controlar, puede destruir una buena relación.
Los mitos son una serie de ideas
erróneas, que venimos escuchando desde hace mucho tiempo y que terminamos
creyendo como una verdad absoluta para nuestro mundo. Estos mitos influyen directamente en
determinadas áreas de la vida cotidiana en pareja: la convivencia,
la sexualidad, el amor, el dinero, los hijos, las relaciones con otros iguales,
los roles de género, las relaciones familiares… hasta llegar a dominar la mayor
parte del tiempo nuestra conducta. Actuamos en función de nuestras creencias, y éstas generan en nosotros una serie de
expectativas con respecto a la persona que comparte nuestra vida que, en muchas
ocasiones, no es capaz de llegar a cumplir. Se trata de mitos o ideas románticas que
desvirtúan en muchas ocasiones un “amor real”, un “amor de diario”.
Cuando la
persona que está a nuestro lado no cumple con todas esas ideas preconcebidas
que entendemos que son necesarias para tener un “amor de verdad”, comenzamos a
plantearnos si realmente esa persona es la adecuada para compartir nuestro
futuro.
No se trata de aceptar todo en
una relación, solo porque se quiera a esa persona, ni mucho menos, pero sí de
aprender a diferenciar qué comportamientos o formas de actuar son un mito, y cuáles
son los comportamientos que ninguna persona debe tolerar en una relación. Como
todo, los extremos nunca son buenos. Por eso el amor es complicado, porque
requiere buscar un equilibrio que no dañe a nuestra persona, pero tolere
ciertos comportamientos diferentes a los nuestros y a los que estamos
acostumbrados.
Algunos de los mitos que pueden
interferir en nuestra relación son:
* No amo de verdad a mi pareja
porque no siento celos.
* Si una persona te quiere, te
conoce y sabe lo que te pasa, no hace falta decirlo.
* Basta con querernos para que
todo salga adelante.
* Él siempre debe querer
relaciones sexuales, si no lo hace, ya no te quiere, ya no te desea.
* En una pareja, la confianza
debe ser 100%, nunca puede haber secretos.
* El amor, si es de verdad, nunca
se debilita, es para siempre. Siempre será como el primer día, sino, no es un
amor que merezca la pena.
* Lo lógico es que en la pareja lo
hagan todo juntos.
* Lo que pase en casa, debe
quedarse ahí. No hace falta contarle tus problemas a nadie.
* Una pareja que se quiere de
verdad no tiene crisis.
* Es mejor no decirle a la otra
persona las cosas negativas. Todos tenemos defectos.
* Tener un hijo mejora una mala
relación de pareja. Une a los dos miembros por tener algo en común.
* Si tienes hijos, merece la pena
mantener la relación de pareja. Tienes que salvar la relación.
* Si de verdad te quiere, luchará
para que consigas todos tus sueños. Tu pareja siempre debe ayudarte a conseguir
cualquier cosa que tú te propongas…
Estos son tan solo algunos de los
muchos mitos que influyen en nuestro día a día, pero por desgracia, hay muchos
otros que residen en nosotros. Ante esto, es bueno tener en cuenta que no
existe una “relación de pareja perfecta” y que nadie puede decirnos qué sentir
o cómo hacerlo. El hecho de que la persona que comparte nuestra vida con nosotros no cumpla estas expectativas puede llevarnos a sentir que "no es la persona adecuada", generando un sentimiento de incomprensión, soledad, vacío o inseguridad.
Debemos tener en cuenta que
mientras más altas son las expectativas con respecto a la pareja y no se
cumplen, mayor es el dolor y la frustración que se llega a experimentar. Es
bueno tener claro cuáles son los límites que cada uno impone en su relación y que no deben ser traspasados, pero ser flexible en otros aspectos que no determinar nuestro bienestar.
Las relaciones hay que cuidarlas,
y deben ser cuidadas por ambas partes. Se trata de un trabajo personal que cada
uno de los miembros debe hacer en la pareja para un bien común. Muchos de los
problemas de pareja que surgen son por carencias afectivas personales que
necesitamos solucionar individualmente, para poder estar en compañía. Exigir
que nos den lo que no tenemos, no es la solución. Sustituir nuestras carencias con otra persona, nos lleva a depender de ella.
Las mejores relaciones de pareja
surgen de individuos libres que, por separado, son capaces de ser felices y se
juntan y convierten en uno solo para disfrutar y complementarse, no por
necesidad. El amor nunca debe significar la necesidad de tener a alguien, sino
el placer de la compañía de una persona que realmente resulta importante en
nuestra vida.
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