lunes, 15 de junio de 2015

Educando en valores: respetar el bien común





Educar en el respeto al bien común supone educar a respetar las cosas en diferentes ámbitos, desde la escuela hasta el hogar, desde los espacios y pertenencias privadas hasta los espacios públicos, sin importar que sean personas, animales u objetos.

cuando somos pequeños es de vital importancia que se vayan aprendiendo los límites y al mismo tiempo que se inculque el valor de las cosas, no solo su valor económico sino también su valor en sí mismas. Este aprendizaje formará a adultos respetuosos con sus cosas y con las cosas de los demás, así como con su medio y comunidad de convivencia.

Cómo inculco el respeto al bien común

Inculcar este valor se va a conseguir desde las figuras importantes para el niño: sus padres y la escuela. El ámbito escolar es un escenario donde el niño va a prender a convivir con otros niños de su edad y va a tener diferentes experiencias en las que necesariamente tendrá que trabajar en equipo y compartir materiales, así como respetar el bien colectivo: pupitres, espacios comunes, material escolar... Sin embargo, este aprendizaje tiene que continuar en el ámbito del hogar donde los padres y madres van a ser los agentes más importantes de su educación. 

Enseñar a respetar el bien común se va a conseguir siguiendo estos puntos:

- Enseñando con el ejemplo: gran parte del aprendizaje infantil es a través de la observación con lo cual la conducta de sus progenitores va a estar analizada e imitada. Los menores que tienen  padres y madres que se comportan de forma respetuosa con el medio tanto dentro como fuera de casa va a aumentar la probabilidad de que estos niñ@s sean respetuosos.

- Hablando sobre el valor de las cosas: hablar con nuestr@ hij@ acerca del valor que tiene cada cosa a nuestro alrededor va a ayudarle a entender el por qué tenemos que cuidarla. No se trata de reñirle y ya está sino de ayudarle a que asimile un aprendizaje que le dure siempre y que le lleve hacia el respeto como valor, no para evitar un castigo.

- Empatía: ayudarle a ponerse en el lugar de la otra persona o situación para que entienda el perjuicio que puede ocasionar una acción ayudará a que desarrolle su  inteligencia emocional y facilitará el entendimiento de las consecuencias de determinados actos.

- Acudir con él a diferentes espacios públicos: museos, bibliotecas, parques... y enseñarle cómo comportarse en cada uno de ellos. En espacios públicos también tendrá otros modelos de aprendizaje sobre la forma adecuada de comportarse en dichos espacios. Cuantas más experiencias y ejemplos tenga, mejor y más rápido será el aprendizaje.

- Atención: responder a todas sus preguntas y dudas que le puedan surgir y prestarle atención cuando realice las conductas adecuadamente para que las repita en el futuro. Enseñarle lo que significan las señales, las normas ayudará a su entendimiento.

- Cuentos: a través de cuentos se pueden aprender muchos valores de respeto. Leer cuentos que escondan moralejas y hablar de ellas una vez finalizado el cuento para ver si la ha entendido, y si no explicársela.

- El respeto a la naturaleza: inculcar el respeto a la naturaleza y enseñarle su valor y lo que nos aporta es de vital importancia para crear adultos responsables con el medio ambiente y hacer que nuestro planeta sea cada vez más equilibrado y habitable. Enseñarle desde pequeños a reciclar, no tirar papeles al suelo, no maltratar a los animales, no arrancar las plantas que se encuentra forma parte de su educación.

lunes, 1 de junio de 2015

¿Qué pasa ahora que mi relación ha terminado?


La ruptura de una relación nunca es fácil.

Ya sea por parte de uno, o de los dos miembros de la pareja, la consecuencia final es la misma, una separación, una ruptura.  A partir de ese momento, se provoca un terremoto interno de ira, alivio, euforia, dudas, miedos, tristeza, soledad… todas las emociones dan vueltas y te inundan, hasta el punto de no saber realmente como te sientes.

Es importante que, cuanto antes, aceptes la idea de que ha habido un punto y final, la historia se ha terminado: ahora empieza tu duelo, y necesitas un tiempo para poder adaptarte a la nueva situación.
Tu vida está totalmente patas arriba, tus rutinas, tu círculo social… todo ha cambiado. Todo lo que te ofrecía estabilidad y seguridad ya no está. Intentas estar bien pero, sin saber por qué, tus fuerzas te fallan en muchas ocasiones y te sientes culpable. Deberías estar bien, y no lo estás. Deberías seguir con tu vida, y no puedes. Deberías tener ganas de seguir con tu vida normal, pero no eres capaz. Demasiados “deberías” sin cumplir, demasiadas exigencias para un momento como este.

Ten en cuenta que el proceso de duelo puede extenderse un tiempo, y no es “obligatorio” estar bien desde la semana siguiente. No se trata de olvidar y estar bien rápidamente, pero sí que debes avanzar cada día hacia una situación mejor para ti. Quedarte centrado/a en el dolor, la pérdida, la tristeza… no te ayudará. Tienes que trabajar para poder seguir adelante.

Si bien es cierto que no puedes controlar todos los sentimientos que te sobrevienen de repente, si que puedes decidir como afrontar la ruptura. Eso sí que depende solo y exclusivamente de ti.
Existen varios pensamientos que NO ayudan en absoluto a mejorar tu situación, errores muy comunes que cometemos habitualmente y que nos impiden avanzar. En otros, están:

·         A mí no me afecta”: Una cosa es no ir aireando a los cuatro vientos como te sientes, y otra muy distinta es negar que ese dolor existe. Exteriorizar como te sientes con alguien de confianza es fundamental. Es normal sentir dolor, tristeza y miedo ante la nueva situación, y no debes avergonzarte por ello. No hablar de ello no hace que no exista, o que desaparezca, todo lo contrario, puede reaparecer en cualquier otro momento de la forma que menos lo esperes.

·         No tengo a nadie con quien hablar. Estoy solo/a”: es importante elegir bien con que personas quieres hablar de esta situación, de cómo te sientes, de tus miedos, de tus dudas y de tus inseguridades. Es importante sentir apoyo en estos momentos, un buen amigo, un familiar… cualquier persona en la que confíes puede ayudarte a sentirte mejor. Si llegado el momento, tu situación no te permite tener a nadie de confianza, siempre puedes buscar un profesional que te ayude a encontrar tu camino. Tú eliges dónde, cómo, cuándo y con quien.

·         Hay que intentarlo, podemos estar bien si queremos”: Sé consecuente con la decisión que se ha tomado. El hecho de haber terminado una relación y seguir dándole vueltas a la posibilidad de volver a retomarla, solo retrasará tu proceso de aceptación. Es posible que en algún otro momento la relación se retome, pero no va a ser ahora. Si se ha tomado la decisión por una o ambas partes, es porque se han tenido en cuenta todas las opciones y, actualmente, esta era la más viable, y esto no cambiará en un corto periodo de tiempo.
·         Es normal pensar en él/ella a todas horas”: Hasta cierto punto puede que al principio todo te recuerde o te haga revivir momentos concretos que has vivido junto a esa persona, sobretodo si han sido muchos años de relación, pero poco a poco, a medida que el tiempo transcurre, estos pensamientos deben ir disminuyendo. Investigar qué hace, con quién se relaciona, pensar qué puede estar pensando, sintiendo…hacer un repaso de vuestra historia una y otra vez, ya no tiene sentido. El duelo hay que pasarlo, y pensando en todo esto constantemente, no lo harás.
·         Somos amigos, nos llevamos bien y podemos seguir manteniendo la amistad. No pasa nada”: Es posible que esta situación se dé pasado un tiempo, pero hay que dejar un espacio prudencial para que esto pueda ocurrir. De la noche a la mañana los sentimientos no desaparecen. Ten en cuenta que si la ruptura es reciente, probablemente centres tu miedo a estar solo/a y la necesidad de tener a alguien a tu lado en esa persona y, si mantienes el vínculo, la aceptación de tu situación en soledad, no va a llegar. Pasado un tiempo, cuando las dos partes hayan aceptado la nueva situación y los sentimientos hayan quedado al margen, una amistad siempre será posible, pero ahora no es el momento.
·         Busco a otro/a y así lo llevaré mejor. Un clavo saca otro clavo”: Si no te das un tiempo y aceptas tu soledad, es muy probable que la próxima pareja que encuentres no la elijas con el corazón, sino con la necesidad de no sentirte solo/a. Iniciar una relación basada en el simple hecho de no sentirse solo/a es muy probable que te lleve a una relación condenada al fracaso desde el principio. Una relación debe tener unos cimientos sólidos, una base bien estructurada desde el principio: dos personas completas que se unen para disfrutar de la compañía, no por necesidad.
    Estos pensamientos, entre muchos otros que podemos encontrar, nos impiden pasar nuestro duelo, nuestro dolor personal, e impiden que avancemos. El duelo hay que pasarlo, y cuanto antes lo aceptes, antes podrás seguir con tu vida normal. La vida no para, y tú tampoco puedes hacerlo. Puedes tomarlo con más calma durante un tiempo, asimilar la nueva situación y aceptarla, pero nunca detenerte.

“Terminar una relación NO ES UN FRACASO. Fracaso es continuar con una relación insana, improductiva y carente de evolución”