martes, 24 de noviembre de 2015

LAS MADRES PERFECTAS Y LOS CUENTOS DE HADAS: MITOS Y EXIGENCIAS IMPOSIBLES

“Una gran carga, conlleva una gran responsabilidad. Y una gran responsabilidad, conlleva estrés, ansiedad, cansancio continuo, frustración, sensación de inutilidad, ira, rabia, Impotencia…”

A pesar de la lucha, el camino a la total integración de la mujer aún no es de plena igualdad. Por desgracia, siguen existiendo a día de hoy múltiples barreras sociales que dificultan la completa realización de las mujeres en el triple ámbito: familiar, personal y profesional.

Cada mujer debe conseguir un equilibrio entre las diferentes áreas y eso no es fácil. Para conseguirlo, cada una tendrá que tomar sus decisiones en función de: Circunstancias personales (soltera o con pareja), Economía (Con trabajo o sin trabajo) y Apoyos o red social (personas que puedan ayudarle en momentos puntuales y en las que pueda apoyarse si lo necesita).

Son muchas las mujeres y madres trabajadoras que intentan cargar y de hecho, lo hacen, con todo el peso de: horario laboral, atención de sus hijos, tareas propias del puesto de trabajo, tareas de la casa y mantenimiento de una vida social, familiar y sentimental. El reto principal de la mujer moderna es poder compaginarlo ABSOLUTAMENTE TODO: “TIENE” QUE HACERLO BIEN Y SIN DESESPERARSE.

Ante esta situación, muchas mujeres se ven sobrepasadas por las circunstancias y exigencias que el entorno carga sobre ellas, sobretodo una vez que son madres.  Llegados a ese punto, es importante tener en cuenta las siguientes cuestiones:

1. Exígete menos: No hay que ser perfecta. Las super Madres NO EXISTEN. Solo existen las madres normales que hacen maravillas para poder compaginarlo todo lo mejor que pueden, y que caen rendidas por la noche de todo el cansancio acumulado. NADIE LO HACE TODO BIEN.

2. No te culpes: No pasa nada si no puedes estar con tus hijos en todo momento, quizás algún día te tomen como un ejemplo a seguir de esfuerzo y superación. Es necesario ir a trabajar, y aunque te resulte doloroso, lo necesitas para darle una vida mejor. Lo haces por él, no por ti. NO TE SIENTAS CONSTANTEMENTE CULPABLE

3. No te compares: tú, eres tú. Y solo tú sabes tus circunstancias. Cada familia, cada situación y cada núcleo familiar es un mundo. Cada madre es distinta. Tú lo haces lo mejor que puedes y con la mejor intención, errores los cometemos todos.

4. Prioriza: Céntrate en lo importante, lo demás, lo harás cuando puedas. El día solo tiene 24horas. Las tareas que sean imprescindibles, hazlas, las que no, pueden esperar.

5. Delega: Tu también tienes que tomar tu tiempo, ser tu misma, disfrutar de pequeños momentos, aunque sean escasos. Hay cosas que no es obligado que hagas tu. Si tienes la suerte de tener apoyo, aprovéchalo. NO ES EGOISMO. Tú hace un tiempo también eras persona independiente. Privarte de todo el tiempo para ti y cargar con todo NO SOLUCIONA NADA.

6. Disfruta: Busca momentos especiales que compartir con tus hijos, en familia y amig@s, y disfrútalos, sin remordimientos. Hay tiempo para todo, aunque se limite enormemente, intenta no dejar a un lado todo lo demás. NECESITAS DESPEJARTE Y RECORDAR QUIEN ERES.

7. PIENSA EN TI: Relájate, te lo mereces. «Una madre que aspira a la perfección está perdida»  La madre perfecta NO EXISTE. Por eso, Cuídate y Mímate, dedícate unos minutos al día, aunque sólo sean 10 o 15. Tú también eres importante y tú también necesitas descanso y dedicación.

Ten en cuenta que tu hijo no busca una madre perfecta, busca una madre feliz, una madre descansada, una madre tranquila con la que poder conversar, aprender, reír, jugar, a la que pueda besar, abrazar y confiar, que le imponga límites y normas definidos y que le enseñe a ser una persona de provecho, con valores y educación.

UN NIÑO QUIERE UNA MADRE FELIZ, NO PERFECTA