Si una situación o una persona no te hacen feliz o no te ofrecen la posibilidad de seguir creciendo, todos tenemos claro que no
merece la pena seguir con ello. Todos, menos los que viven esa situación que, a
menudo, se preguntan ¿Cómo puedo dejar ir a esa persona que significa todo para
mi? ¿Cómo puedo cambiar una situación que llevo años viviendo si no sé ni por dónde empezar?
Aprender a superar el pasado no es una tarea fácil,
nos puede perseguir durante semanas, meses, o incluso años.
Muchas veces es el miedo a lo desconocido, otras el
miedo a estar solos, otras simplemente nos hemos acomodado a una vida que,
mejor o peor, es nuestra y conocemos y nos ofrece una cierta estabilidad… Poner
nuestra vida “patas arriba” no es ni fácil, ni cómodo, ni agradable, y por ello
nos cuesta tanto decidirnos.
La clave está en nosotros, en proponernos realmente
abandonar esa situación. Interpretar el fin como un nuevo comienzo. Pasar
página resulta difícil, pero no hacerlo supone a la larga un coste emocional
mucho más elevado. Tomar la nueva situación como una oportunidad de
reinventarse a uno mismo, de aprender de los errores cometidos, de darnos otra
oportunidad, al fin y al cabo, de volver a ser felices, es la opción más viable
que depende exclusivamente de nosotros.
Dejar ir significa aceptar los cambios que se nos
presentan y adaptarse a la nueva realidad que estamos viviendo. Ser consientes
de que nuestra vida va a cambiar parcial o totalmente, y estar lo más
preparados posible para ello, nos ayudará a enfrentarla de una forma mucho más
positiva.
Para ello, existen algunos pasos que podemos seguir
para facilitar esta transición:
1. 1. Analiza tu situación: Aunque no es fácil, debes hacer
un análisis lo más objetivo posible ¿Cuáles son los beneficios que te ofrece
esta nueva etapa? ¿Qué opciones nuevas se presentan? ¿Por qué no merece la pena
volver a la situación anterior? ¿Qué sentimientos te provocaba en aquel momento?
2. 2.Acepta tus sentimientos: Si necesitas llorar, llora,
sin necesitas reír, ríe. Toda ruptura con nuestro pasado significa un duelo, y
todo duelo, implica fases de tristeza, rabia, ira, efusividad, tranquilidad,
desasosiego… Negando tus sentimientos de tristeza te negarás a ti mismo la
posibilidad de aceptar la nueva situación, quedándote estancado en esta etapa.
3. 3. Tómate un tiempo para ti: Valora qué es lo que tú
necesitas y cómo te vas a sentir mejor. Cuando haya pasado un tiempo
prudencial, empieza a centrar tus pensamientos en nuevos proyectos o ideas que
te ayuden a mantenerte ocupado, obligándote a distraerte aunque sea por
momentos de la situación que está viviendo e intentando aceptar.
4. 4. Acepta que no hay marcha atrás: nunca ninguna
situación es irreversible pero, cuanto antes te hagas a la idea mejor. A tiempo
de volver a la situación anterior siempre estarás, pero si no se da el caso, ya
tendrás un buen tramo de camino recorrido hacia la aceptación real de tu
situación. Mantener la esperanza más tiempo del necesario solo mantiene nuestro
dolor y nuestro duelo, impidiéndonos avanzar.
5. 5.Busca los beneficios que te aporta la nueva situación:
El 90% de las situaciones por las que pasamos nos ofrecen nuevas oportunidades
de cambio y de evolución personal, solo tenemos que ser capaces de hacer un
buen análisis y encontrarlas. Cuando seas capaz de ver todo lo positivo que
tienes ante ti, habrás ganado una gran batalla y empezarás a disfrutar mucho
más de tu nueva situación.
6. 6.Deja el pasado, céntrate en el futuro: Muchas personas
no son conscientes hasta pasado un buen tiempo de que la situación que les
provocaba tanto dolor es simplemente no haber hecho ese esfuerzo concreto de
seguir hacia delante. El mayor miedo que se tiene es a dejar lo que
consideramos nuestra zona de confort que, irónicamente, es la que nos hace
mantenernos en ese estado de dolor y rabia permanentes.
-- Retener es creer que
solo existe el pasado, dejar ir es saber que hay un futuro y confiar en que
merecerá la pena--
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