martes, 11 de noviembre de 2014

Quiero ser feliz... ¿Puedo?


Si bien es cierto que es muy improbable mantenerse feliz durante todos los días de nuestra vida, si que podemos ayudar a que la felicidad se mantenga junto a nosotros el mayor tiempo posible.

En muchos momentos nos hemos podido llegar a hacer preguntas como estas: ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Qué hago para conseguir la felicidad? ¿De verdad es tan difícil ser feliz? ¿Soy yo el/la culpable de no serlo?

Llegados a este punto, es importante tener en cuenta que, en ocasiones, nuestra vida se llega a complicar tanto que no somos capaces de reconocer situaciones o personas que nos pueden llegar a hacer más llevaderos nuestros problemas.

Párate a pensar en tu última semana, piensa tres cosas buenas que te hayan pasado cada día. Hay muchas personas que no son capaces de conseguir encontrarlas ni en dos de los siete días y, cuando esto ocurre, hay que plantearse un cambio.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi estado de felicidad?

Aquí te planteamos algunas opciones que pueden ayudarte a sentirte mejor en tu día a día. Ten en cuenta que todo lleva su tiempo, y hay que poner ganas y esfuerzo en conseguir que funcione:

-Aprende a distinguir las situaciones o personas que merecen tu preocupación de las que no la merecen: invertir tiempo en hacer felices a los demás es bueno, pero siempre que dejes tu espacio para ti. Céntrate en las situaciones o personas que realmente te importan y reserva cada día 10 o 15 minutos para dedicarte a ti mismo/a.

-No intentes complacer a todo el mundo: Es un desgaste enorme y es muy difícil gustar a todo el mundo. Acéptate y acepta que no todos tienen por qué estar a tu lado. Es más importante la calidad de las personas que tienes cerca que la cantidad.

-Deja de asumir toda la responsabilidad: Todos tenemos derecho a sentirnos débiles en algún momento y es imposible que todo lo que nos pase sea culpa nuestra. Hay que valorar que cosas dependen de nosotros mismos y qué cosas hubieran ocurrido de forma independiente.

-No te bases en suposiciones: “Las cosas que suceden, no pueden cambiarse, por lo que mi infelicidad acabará cuando dejen de pasarme cosas malas”. Ni un extremo ni otro, ni toda la culpa es nuestra, ni estamos exentos de responsabilidad y por lo tanto del control de nuestras vidas. Busca el punto medio.


-Intenta alejar de ti todo tipo de pensamientos negativos y, si no puedes, contrarréstalos: deja a un lado los pensamientos catastrofistas e intenta, aunque cueste, ser honesto/a contigo mismo/a. Si es necesario, haz un listado de los pensamientos negativos que tienes hacia ti mismo/a o hacia los demás. Después, analiza cada uno de los puntos y transforma esa visión negativa en positiva. 

Ánimo.... Es cuestión de práctica!

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